Antonio Pimentel es un destacado artista de las recientes generaciones de plásticos nacionales. A más de su natural pasión por el arte, su creciente dominio de la expresión viene de su cultivo en los dos Centros de Estudios fundamentales: La Escuela de Artes Plásticas de la Universidad Católica del Perú y la Escuela Nacional Superior de Bellas Artes del Perú.
Estas dos experiencias han surgido obras al pastel que sin un franco juego de líneas y color, de movimiento y equilibrio, que se conjuncionan en un extraño sentimiento de melancolía, sueño y erotismo. Hay una atmósfera de danza onírica que se emparenta con ese mundo extraño de color, de cierto surrealismo o de las visiones extraordinarias de Jerónimo Bosch, el Bosco.
Al igual que en los pasteles, en los dibujo Pimentel persigue la magia inesperada de la danza, del encanto de esas figuras que se alargan en una afectación brumosa, manierista. Personaje ésos que no se resuelven a ser línea pura ni puro volúmen. Imágenes que participan mucho de la línea y, que por su escueta perspectiva, parecieran diluirse en lo irreal. Fluctuación atróz y feliz entre la vigilia y lo oscuro, entre lo que se intenta realizarse plenamente y lo que se aferra a un suelo de inquietud.
Fantasmas complejos de la soledad que éste artista muestra al mundo como un rescate de formas de lo más hondo de su fulgurante experiencia.
Luis Enrique Tord
